
No miento, ¡de verdad que no me gusta pintar flores!…pero estas las llevó una compañera al estudio y me fue imposible resistir la tentación.
¡Eso si!…pintar cristales, me encanta.

Ha dado grandes momentos de conversación, puedo asegurar que mi intención no era mas que la de recrear un instante de intimidad y complicidad visto desde otro ángulo…¡no hay más!