Ella me habla en la soledad de la noche, me cuenta de su
amado…de cuanto lo añora, de sus deseos y sus anhelos, se siente desbordada de
energías nuevas, mujer de cabeza laureada que se ha sentido mutilada. El,
sumido en la distancia y sus raíces, no puede levantar los brazos para
abrazarla. Observa la bóveda oscura y me suplica, yo escucho. Hoy ha llorado.
Fdo.
La Luna
PD. Gracias a ti, la mujer se ha liberado de sus esposas, ya
no está amarrada y poco a poco, reconstruirá sus alas.
Muchas gracias, querida amiga, por escuchar, por tus ánimos, por tus consejos, por tu infinita paciencia, por ser tan sensible e inteligente que has sabido ver a través de mí y contar mi historia. Gracias inmensas por todo.
ResponderEliminarEs verdad: hoy he llorado al verlo de pura emoción.
Ojalá tengas toda la suerte que te mereces. Ojalá alguien sepa ver todo el potencial que tienes y te permita realizar tu mayor sueño: realizarte como la gran artista que eres y que puedas resolver tu futuro.
Siempre podrás contar conmigo.
Me encanta el cuadro, su composición, sus perfiles cubistas, su simbolismo, su historia, su sensibilidad. Espero que no quede en espera y su amor pueda ser realidad.
ResponderEliminarEnhorabuena Mª Jesus
Los amantes hablan a la luna, y en su soledad nocturna... también llora, porque ella, también está sola.
ResponderEliminarLa Luna
Hay historias que merecen un final feliz, pero...¿cual es final feliz?, siempre hay alguien que acaba por llorar, ¿la luna al no sentirse necesitada, y por lo tanto olvidada?, ¿los amantes, insatisfechos? o ¿las raíces arrancadas de cuajo sintiéndose yermas?
ResponderEliminarVida compleja y retorcida, que me has atrapado en tus marañas, que me obligas a pensar en el bien y el mal, lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto, ¿por qué pensar? ¿por qué analizar?... déjame vivir en paz ahora y mañana...¡mañana dios dirá!
Una estrella
No hay más paraísos que los perdidos.
ResponderEliminarEl único paraíso que existe es el del amor,y no tiene porque estar perdido
EliminarSoñé que estaba ella sentada a mi cabecera...
ResponderEliminarSoñé que estaba ella sentada a mi cabecera,
y alborotaba tiernamente mi cabello con sus dedos,
suscitando la melodía de su contacto.
La miré a la cara, luchando con mis lágrimas,
hasta que la angustia de las palabras no dichas
quebró mi sueño como una burbuja.
Me incorporé. La Vía Láctea se veía arder por mi ventana,
como un mundo de silencio inflamado.
Y me pregunté si en aquel momento estaría ella soñando
un sueño que viniera, bien con el mío.
Rabindranath Tagore
Me temo que Teresa de Ávila no tenía razón.
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